Para el año 2000 Edgar Alberto Garzón y su esposa Laudice
Maldonado, una pareja de jóvenes que vivieron todas las
dificultades del abandono y la pobreza. Deciden, poniendo su fe en Dios,
entregar todo su esfuerzo a mejorar la condición de vida de algunos
niños abandonados y de alto riesgo.
Esta labor inicia acogiendo en su casa a dos niños habitantes de la calle, a quienes les compartían sus limitados recursos además de cuidar de sus dos hijos propios. Después de un tiempo la fundación se convirtió en los que es hoy la Asociación Cristiana Betsalem.
Esta labor inicia acogiendo en su casa a dos niños habitantes de la calle, a quienes les compartían sus limitados recursos además de cuidar de sus dos hijos propios. Después de un tiempo la fundación se convirtió en los que es hoy la Asociación Cristiana Betsalem.
La Asociación Cristiana Betsalem cuenta actualmente con un hogar
albergue donde se cubren las necesidades básicas como: alimentación,
educación y servicios médicos, a 34 niños y niñas provenientes de la
calle y de hogares afectados por la pobreza o la drogadicción.
Los recursos básicos para la financiación de esta obra sin
ánimo de lucro, provienen de los aportes de algunas personas bondadosas, sin
embargo estos recursos son muy limitados, las necesidades del hogar crecen día
a día y el número de niños beneficiados también.
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